Madrid.- El tenista noruego Casper Ruud, logró el título Masters 1.000, en Madrid, después de coronarse en la Caja Mágica con un triunfo convincente, laborioso, ante el sexto jugador del mundo, el británico Jack Draper, que no pudo culminar la remontada y cayó por 7-5, 3-6 y 6-4, en dos horas y media.
El tenista de Oslo, de 26 años, respiró aliviado tras su última derecha, un golpe paralelo que obligó a su rival a lanzar la bola fuera. Alzó los brazos y miró al cielo. Se quitó un peso de encima. “Espero que a la tercera sea la vencida”, dijo en la víspera el jugador noruego, que llegó a Madrid desde su lugar más bajo en el ránking de los últimos tiempos, en el decimoquinto puesto.
Ruud disipó los fantasmas y acabó con el maleficio. Enterró su condición de perdedor. Esa que le puso en medio de tres finales del Grand Slam, dos de Roland Garros, superado por Rafa Nadal y Novak Djokovic, otra más en el Abierto de Estados Unidos, privado del éxito por Carlos Alcaraz, quien le ganó también en el Masters 1.000 de Miami de 2022, el primero que disputó.
Después, el pasado curso, llegó a jugar la final de Montecarlo. Cayó contra Stefanos Tsitsipas. Y unas Finales ATP acarició también, en 2022, su gran año. No pudo con Djokovic.
Cualquier intento, cualquier ambición de enjundia se le escapaba a este jugador de Oslo, elegante, de clase. Especialmente hábil sobre tierra, que llegó al número dos del mundo pero que no terminaba de encontrar un hueco en un gran lugar, en un gran evento.
En Madrid, donde llegó casi de puntillas en esta ocasión, derrumbado en el ránking, fuera del ‘top ten’ después de mucho tiempo, logró triunfar en el momento menos esperado. Cuando su repercusión había decaído.