Por Nelson Vargas
Han pasado casi tres meses desde que el huracán Otis impactó con una fuerza descomunal la zona de Acapulco, dejando a miles de personas en una oscuridad de la que todavía intentan salir.
Después de las lamentables pérdidas humanas y el duelo que desafortunadamente vivieron cientos de familias, vino el gran golpe de una realidad que todavía sigue afectando a la mayoría de ellos: el panorama en Acapulco sigue siendo desolador, complicado pese a que muchos han comenzado a trabajar para levantar este bello lugar de nuestro país.
Ha sido un lento camino, sin duda, para recuperar esta zona y las demás que fueron severamente afectadas por este terrible huracán. No solamente las autoridades han hecho lo que les corresponde, sino que muchos empresarios y gente, como usted y como yo, ha seguido apoyando en lo que pueden, para ayudar.
Ahora se habla de cerca de 5 mil habitaciones habilitadas para el turismo, que fue, es y seguirá siendo la principal actividad para que la economía de Acapulco le permita a miles de familias llevar el pan a su mesa. Claro que falta mucho más y ahora desde el Senado de la República han realizado algunas propuestas para impulsar esta recuperación.
Porque no solamente es la cuestión de las habitaciones para la ocupación hotelera, falta darle fuerza a restaurantes, centros de entretenimiento, transporte. Y eso del lado de lo que es la economía que viene del turismo, misma que activa todo lo demás que se mueve ya en el Acapulco que no se ve, el de las colonias en donde viven todos esos trabajadores que están en espera de poder regresar a sus empleados.
Desafortunadamente nunca podremos hablar de la normalidad en Acapulco, un lugar tan querido por muchos de nosotros. Ahora tendremos que referirnos como una nueva realidad, pero para que esa nueva realidad llegue con fuerza para todos los que dependen de que funcione de nueva cuenta, no hay que dejar de estar al pendiente de lo que se hace.
Lamentablemente hay gente que todavía no recibe apoyo para por lo menos limpiar su casa o recuperar algo de lo perdido; tampoco hay que olvidarnos de esa gente. Claro que reactivar la economía, llevar el torneo de tenis, el automovilismo y muchos otros eventos que se ha planteado que se realicen en Acapulco, será importante, pero al mismo tiempo es vital atender a quienes siguen esperando.
Porque la espera en incertidumbre es una de las peores sensaciones que puede tener el ser humano. No saber cómo llevar comida a la casa o de qué manera recuperarse daña tanto como el huracán. Y el olvido… es terrible, por eso es que no podemos olvidarnos y debemos mantener el dedo en el renglón, que Acapulco todavía necesita de todos, de las autoridades que están obligadas a levantarlo y de aquellos que podamos apoyar a nuestros hermanos en Guerrero.
En Acapulco hay una empresa que se dedica, junto a la Asociación de Natación de Guerrero, a hacer el Maratón Guadalupano, aunque ya le han cambiado el nombre. Se hacía en el área de Caleta y generaba un dineral.
De esos recursos nadie sabe nada, lo más grave de todo es que para el año pasado por las evidentes causas por el huracán no se hizo el evento, pero qué hay de ese dinero que durante tantos años ha salido de este evento. Hoy podríamos pensar que lo que se ha generado en tantos años, bien podrían levantar la mano para aportar algo de dinero, levantar a Acapulco y que se pueda volver a hacer ese Maratón.
Con este evento se han enriquecido unos cuantos, y aunque era lógico que cancelaran en 2023, algo de dinero deben tener como para apoyar, porque ha habido años, incluso, en los que han tenido más de 5 mil participantes. La cuna de la natación es Acapulco, y los que dirigen la natación ahí y hacen este evento, deberían también ayudar a que se recupere este hermoso lugar. Y así, más empresas y organizaciones que se han beneficiado desde hace mucho de lo que ofrecía este lugar, hoy también deberían levantar la mano.