Melbourne.- La determinación de Daniil Medvedev alcanzó una nueva dimensión en el Abierto de Australia. En uno de los partidos más agónicos del torneo, una batalla sumergida hasta las 3:36 de la madrugada en la que caminó sobre ampollas, el tercer cabeza de serie logró sobrevivir en un duelo que le sirvió la eliminación en bandeja.
El antiguo subcampeón se aferró con el alma a la Rod Laver Arena, donde solamente permanecieron los más valientes aficionados, para voltear por 3-6, 6-7(1), 6-4, 7-6(1), 6-0 al finlandés Emil Ruusuvuori un envite inolvidable. Un choque de cuatro horas y 21 minutos en el que coqueteó con la derrota antes de imponerse con autoridad absoluta en el tramo final.
“Este partido va a quedarse en mi memoria”, reconoció Medvedev en la entrevista sobre la pista. “Si yo fuera un aficionado, quizá me hubiera marchado a casa y seguido el partido por la televisión. Hubiera visto 30 minutos y me iría a la cama. Así que os doy las gracias de corazón por haberos quedado, sois muy fuertes”.
El No. 3 del Pepperstone ATP Rankings encontró la fuerza de voluntad para resistir en una jornada repleta de obstáculos en Melbourne. Un jueves donde las lluvias interrumpieron la competición y en el que el partido femenino previo, decidido con un dramático 22-20 en el Match Tie-Break, hizo saltar por los aires las rutinas de preparación de Medvedev.