Por Nelson Vargas
En uno de los informes que hace respecto a la actividad física que se realiza en México, llama mucho la atención que el INEGI señale que el 60 por ciento de los mexicanos no realizan una actividad física o deporte.
Es alarmante porque es una política pública que debería promover el gobierno a través de las instituciones que deben trabajarlo, y que está establecido en el Sinade (Sistema Nacional de Cultura Física y Deporte), y que está en la ley, que es una de sus funciones primordiales.
Lo más importante de esto, y sin meternos en política, es que seguimos siendo un pueblo sin cultura deportiva. Y eso viene desde los padres, que no entienden que lo más importante en la vida son hijos sanos y que una cultura deportiva es importante para el desarrollo de los niños.
La cultura deportiva es un hábito desde temprana edad, es el ejercicio. Eso es lo que menos tiene el mexicano, y muchos personajes de nuestra vida dentro de este país creen que pueden arreglar los problemas de salud que se presentan haciendo ejercicio cuando ya están obesos, y que si no se creó ese hábito desde temprana edad, van a lograrlo.
El hábito del ejercicio es desde que nacen los hijos. Ese es el principal problema de lo que nos dice el INEGI en sus estadísticas. Y no se ha logrado que el mexicano tenga esa cultura deportiva y de activación física, porque las instituciones de Salud, de Educación y la propia Conade, no promueven mediáticamente de la problemática de obesidad y los beneficios que tendría la sociedad realizando ejercicio.
Lo que está claro por diferentes estudios que se han hecho, es que sin hacer ejercicio, los mexicanos están más propensos a morir más rápido por alguna enfermedad.
También menciona que las instalaciones deportivas a nivel municipal, estatal y federal son pocas.
Tiene razón, y a eso le sumamos que desgraciadamente, en este país, los gobernantes que tienen responsabilidad de que existan estas instalaciones, se preocupan en hacerlas y gastar presupuesto para construirlas, pero no para operarlas. No les dan el mantenimiento que se requiere, no tienen una conservación adecuada.
Compran de Asia implementos para los parques y jardines, que se vuelve un buen negocio para ellos, pero después de colocarlos se olvidan de que deben tener un mantenimiento permanente. Si bien nos va, una que otra vez le dan una pintada o manita de gato. Pero los abandonan tanto, que los vividores de lo ajeno los cortan y lo venden como fierro viejo.
En México se construyen muchas instalaciones deportivas, es cierto, pero no con el principal fin. He estado en muchas inauguraciones de albercas que cuestan hasta 25 millones de pesos , según lo que nos dicen, cuando en mi experiencia no tienen un costo mayor a 15 millones de pesos. Luego, están las concesiones a vivales que se enriquecen impunemente dando un servicio irregular.
Por eso el Inegi está tan alarmado, pero no llegamos al fondo del problema. Primero, la falta de cultura deportiva. Segundo, la forma en cómo se gasta el dinero para dizque dar deporte en México. Ha habido programas muy sonados para que la gente haga actividad física, pero se olvidan pronto y no sirven de nada.
Si queremos realmente llegar al fondo del problema, hay que hacer una campaña entre todos los organismos de salud, deporte, educación, con las consecuencias de la falta de actividad física, y la principal consecuencia es la muerte, hay que decir las cosas como son.
Pero si no atacamos el problema de raíz, este país seguirá sufriendo por la falta de actividad física, que para mí es un honor promover y estoy seguro que es la mejor manera de tener una mejor vida en todos los sentidos.