París.- A un año exacto de la ceremonia de inauguración de los Juegos de París, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, lanzó este miércoles la cuenta atrás confiado de que los preparativos van en la buena dirección para abrir “una nueva era” olímpica.

En una simbólica ceremonia en la capital francesa, Bach distribuyó las primeras invitaciones a las naciones llamadas a participar en los Juegos, entre los que no incluyó a Rusia, Bielorrusia y Guatemala por motivos políticos.

Ese asunto es uno de los que quedan pendientes en la agenda del COI a un año de los Juegos, un periodo que su presidente afronta con optimismo porque cree que Francia está haciendo bien los deberes.

“Francia estará lista sin ninguna duda”, aseguró desde Nueva Caledonia, el presidente, Emmanuel Macron, en visita oficial a ese archipiélago del Pacífico.

Bach, por su parte, señaló que los franceses “reconocen todos los desafíos que quedan por delante y los están afrontando y eso nos hace tener confianza en estos Juegos” que abrirán “una nueva era”.

Serán los primeros “planificados de principio a fin según la reforma de la carta olímpica del COI para que sean más sostenibles, inclusivos, jóvenes y urbanos” y puso como ejemplo la paridad entre hombres y mujeres que se logrará por vez primera en una cita de este tipo.

Bach destacó el símbolo de que esta nueva era se abra en París, cuna del barón Pierre de Coubertin, padre del olimpismo moderno, y un siglo después de la última vez que los Juegos tuvieron lugar en la capital francesa.

El presidente del COI ha tenido varios días para comprobar que las obras van según los plazos previstos y que la ambiciosa ceremonia de inauguración, que por vez primera se desarrollará fuera del Estadio Olímpico, será “un momento inolvidable”.

“Piel de gallina”

“Me pongo en el lugar de los atletas y se me pone la piel de gallina”, dijo el ex campeón olímpico alemán de esgrima, que participó en un ensayo de esa ceremonia sobre uno de los barcos que recorrerá el Sena el 26 de julio de 2026.

Bach distribuyó las primeras invitaciones a los comités de Grecia, cuna del olimpismo, Japón, que organizó los últimos Juegos, Estados Unidos y Australia, que recibirán los dos siguientes, además de China, sede de los últimos Juegos de Invierno, Italia, de los próximos, y Senegal, de los de la Juventud.

También recibieron la invitación el equipo olímpico de refugiados y el francés. En total, anunció Bach, se enviarán 203 invitaciones, lo que excluye a Rusia, Bielorrusia y Guatemala.

Los dos primeros están por ahora excluidos por la invasión de Ucrania, aunque la tendencia en el COI parece apuntar a que los atletas de esos dos países puedan participar bajo bandera neutral siempre y cuando no tengan vínculos con el Ejército, no hayan apoyado la guerra y cumplan las normas antidopaje.

Así lo deja entrever la recomendación del COI a las federaciones internacionales para que incluyan a estos atletas en sus competiciones bajo esas restricciones y pese a las repetidas protestas de Ucrania.

Siempre muy protector de su independencia, el presidente del COI rechazó toda presión sobre estos asuntos, que abordará “cuando llegue el momento” y con la voluntad de “respetar los derechos de los atletas”.

Tampoco parece que Francia vaya a negar los visados a esos atletas si el COI decide admitirles, pese al repetido apoyo de Macron a su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski.

“Eso no reduce nuestro apoyo a Ucrania y a la condena más estricta a esta guerra de agresión”, indicó la ministra gala de deportes, Amélie Oudéa-Castéra.

El posible boicot ucraniano aparece como un fantasma sobre unos Juegos que avanzan en buenas condiciones. “Estamos en los plazos, mantenemos nuestra gran ambición”, aseguró el presidente del Comité de Organización, Toni Estanguet, quien señaló el 80% del proyecto está concretado y se mostró optimista sobre lo que resta.

“Las cosas se aceleran y se concretan ahora”, afirmó el ex medallista olímpico galo, que puso de manifiesto “la experiencia organizativa de Francia” en pruebas deportivas como una ventaja para “organizar el mayor evento que nunca ha organizado” ese país.

Quedan 53 obras abiertas, de las que destacan tres: el centro acuático, el pabellón de La Chapelle y la Villa Olímpica.

El primero, situado frente al Estadio Olímpico, tiene ya finalizada la cubierta y la piscina de saltos y se están instalando las gradas, para que pueda ser inaugurado en abril de 2024.

El pabellón de La Chapelle, que acogerá el bádminton y la gimnasia rítmica, ha sufrido un ligero retraso por los materiales que debían ser importados de Ucrania, pero los organizadores confían en entregarlo a finales de mayo próximo.

Finalmente, la obra de la Villa Olímpica en Saint-Denis avanza a buen ritmo para su finalización el 1 de marzo de 2024.

Resta alguna inquietud sobre la adaptación de monumentos para acoger competiciones, como el Grand Palais, que debe pasar de 5,600 a 9,000 espectadores para las pruebas de esgrima y taekwondo, pero también cuentan con avanzar al buen ritmo.

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