Francisco Martínez Hernández
Francia y Marruecos buscará su pase a la final de la Copa del Mundo Qatar 2022, en un duelo inédito, en el cual se enfrentan mañana, en el Al Bayt, a partir de las 13:00 horas de la Ciudad de México, en este partido en el cual la escuadra francesa aparece como favorita al conjunto africano, que es el caballo negro de esta competencia.
A la actual campeona del mundo la espera la mayor sorpresa desde hace muchísimo tiempo, si no la más grande que haya vivido la Copa del Mundo.
Después de dominar su grupo por delante de Croacia y de Bélgica y cargarse a España y Portugal, Marruecos desafía a quien la dominó durante años. Es mucho más que fútbol.
Kylian Mbappé, que encarna por sí solo la dinamita ofensiva de la Francia de 2022, desafía a la defensa marroquí, una de las sensaciones de la competición, camino de convertirse en legendaria a fuerza derribar hitos históricos.
La mejor defensa contra el ataque más reputado, la zaga que nadie ha sabido doblegar -el único gol en contra se lo han marcado en propia puerta- frente a un dispositivo demoledor de cuatro atacantes de renombre, Mbappé, Ousmane Dembelé, Olivier Giroud bajo la batuta de Antoine Griezmann.
Con ellos busca Francia superar el fortín contra el que se estrellaron Bélgica y Croacia en la fase de grupos, España en octavos y Portugal en cuartos, todos ellos frustrados de no poder romper la línea marroquí.
La campeona llega sobre aviso. Sabe también que a la resistencia en el campo se sumará el clima hostil de la grada, porque Marruecos ha sabido capitalizar el apoyo popular del primer Mundial organizado en tierras árabes.
Los “Leones del Atlas” son ya la selección del pueblo que desafía a la aristocracia del fútbol, a la que ya han puesto en jaque. Nunca un equipo africano había llegado tan lejos. Nunca una nación árabe había subido tan arriba.
Eso pasa por lograr otra gesta. Otra más de un equipo que desprecia la posesión, se atrinchera en su campo y lanza el contragolpe, que confía en Youssef En-Nesyri, convertido en el máximo goleador marroquí en los Mundiales, punta de lanza de la ofensiva marroquí. Y en Yassin Bono, el símbolo del dique árabe.