Al Wakrah.- El portero Dominik Livakovic dirigió a Croacia a los cuartos de final de Qatar 2022, decisivo en el lanzamiento de penaltis, y frustró el encuentro con la historia de Japón, de nuevo estancada en los octavos de un Mundial.
Luka Modric y compañía se ampararon en la inspiración del portero del Dinamo Zagreb para seguir en el torneo. Livakovic detuvo tres lanzamientos a los nipones. Entre ellos los dos primeros, ejecutados por Takumi Minamino y Kaoru Mitoma, que marcaron el devenir de la serie.
Los penaltis, esos que tanta gloria han dado a Croacia en los grandes torneos, alimentaron su heroica leyenda al propiciarle el acceso también en Qatar 2022 a los cuartos de final, donde tendrá como rival al ganador del duelo entre Brasil y Corea del Sur.
Desde los once metros fue la única manera en la que el subcampeón del mundo obligó a doblar la rodilla a Japón, que se marcha del Mundial con una buena imagen, una hoja de servicios llena de méritos pero sin poder hacer historia. Sigue sin superar la barrera de los octavos de final, su techo en un evento como este.
Croacia sufrió con los centros laterales de Takehiro Tomiyasu y, sobre todo, de Junya Ito, que fue siempre un problema para las bandas croatas. En ningún momento estuvieron cómodos los ‘vatreni’, que tuvieron la primera gran ocasión del partido en las botas de Ivan Perisic tras un error grosero de Tomiyasu. Decidió mal.
A punto de alcanzar el intermedio Japón tomó ventaja con un envío de Ritsu Doan, que tras varios rechaces llegó a los pies de Dalzen Maeda. El futbolista del Celtic no falló y ejecutó un golpe psicológico al subcampeón del mundo, que se marchó en desventaja a los vestuarios tras encajar por primera vez en la historia un gol ante Japón.
Marcó el devenir del partido el tanto de Maeda. Croacia tuvo que arriesgar más. Encontró el empate pronto. En un centro desde la línea de tres cuartos de Dejan Lovren que encontró a Ivan Perisic. El atacante del Tottenham efectuó un cabezazo picado que superó a Shichi Gonda y se convirtió en el máximo anotador de su país en fases finales de Mundiales y Eurocopas. Es el décimo gol que firma. Uno más que el legendario Davor Suker.
Fiel a la tradición croata, el partido derivó en la prórroga. Es una costumbre en el trazado del cuadro balcánico, que ya en Rusia 2018 superó cada ronda tras atravesar el tiempo extra. Y llegó a la final.