Lusail.- No necesitaba Brasil grandes florituras para sellar su pase como primera de grupo y no se esforzó en exceso ante una Camerún que se llevó el triunfo en la prórroga por 1-0, pero que se quedó en la orilla de clasificarse por la victoria de Suiza ante Serbia.
Los africanos soñaron con el pase y, aunque no dependía de ellos y el triunfo suizo por 3-2 les apartó de los octavos, se llevaron una tremenda alegría al vencer, por primera vez en un Mundial y por segunda en su historia, a la pentacampeona. Un cabezazo de Vincent Aboubakar en el tiempo de descuento certificó el triunfo camerunés que impide que Brasil se marche invicta de esa fase de grupos.
Con la tarea hecha y la primera posición prácticamente imposible de perder, Brasil rotó este viernes a la mayoría de titulares y casi se lleva un susto. Tite realizó nueve cambios respecto a la victoria contra Suiza y se encomendó a los suplentes para pasar el casi trámite ante Camerún y a su vez dar una oportunidad a los menos habituales.
En este contexto, donde lo que se buscaba era atrevimiento para gustar a los ojos de Tite, que tiene un ‘once’ titular bastante definido, dos hombres sobresalieron: Antony y Martinelli. El primero intentó gambetear, hacer ese juego que en el Manchester United desespera a Erik Ten Hag por su poco pragmatismo. Forzó alguna amarilla, levantó algún aplausos, pero estuvo demasiado intermitente en una Brasil muy plana, más aún que en los partidos anteriores.
Quien sí destacó fue Martinelli, avispado para discutir la titularidad de Vinícius si este se despista. Fue el que más peligro llevó sobre la meta de Epassy, el sustituto de André Onana en la selección, y lo llevó por todos los flancos. Con un cabezazo a centro de Fred que sacó el meta a bocajarro, con un disparo desde fuera del área, con tres camerunenses persiguiéndole y con un disparo con rosca, ya en la segunda mitad, que despertó la palomita a mano cambiada de Epassy.
El arquero camerunés, que milita en la liga saudí, fue la pesadilla del extremo del Arsenal, que de haber dado con un portero menos hábil, habría completado uno de los partidos de su carrera. Pero ahí se interpuso Epassy, para salvar los muebles de su equipo, como un Ederson Moraes que solventó un gran cabezazo picado de Mbeumo que hubiera sido el 1-0. A los 45 minutos, ese fue el primer disparo a puerta que han recibido los brasileños en el Mundial. Tras 225 minutos, más descuentos, por fin alguien probó los guantes del arquero de la ‘Canarinha’.
Camerún, que necesitaba el triunfo para pasar, fue arriesgando más con el paso de los minutos, según el agua le llegaba más al cuello. Esto abrió los espacios para los veloces brasileños, pero también habilitó que por acumulación e insistencia cayera alguna ocasión, como un remate de Vincent Aboubakar en caída que se marchó rozando el palo.
El delantero, ahora en Arabia Saudí, fue el catalizador de la victoria africana, con un sublime cabezazo en carrera que dejó paralizado a Ederson. Un tanto que le costó la tarjeta roja, porque recibió la segunda amarilla al quitarse la camiseta.
Pese a la alegría en las gradas, ese gol no sirvió para que Camerún avanzara. La victoria suiza en el otro encuentro los mató. Eso sí, metió miedo a una Brasil que, de haber habido un gol más de Suiza, hubiera pasado como segunda de grupo.
No hubo sorpresa y Brasil se enfrentará a Corea del Sur, mientras que Portugal frente Suiza , buscará su pase a los cuartos de final.