El Mundial de Qatar fue inaugurado ayer domingo con una ceremonia en recuerdo a la historia de este torneo y que también sirvió de escaparate para dar a conocer la vida y la cultura en esta región del golfo Pérsico.
Aproximadamente una hora y cuarto antes del partido Qatar-Ecuador, el duelo con el que arrancará la primera Copa del Mundo en un país árabe, se celebró la ceremonia de apertura de 30 minutos en el espectacular estadio Al Bayt de Al Khor.
Sobre un fondo negro, la ceremonia comenzó con un guiño al estilo de vida tradicional en el desierto, con unos camellos sobre unos bancos de arena que dibujaban el mapa del mundo.
Bajo la presidencia del emir Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani, muy aclamado por el público, el primer Mundial de la historia en Oriente Medio exhibió una ceremonia rápida, de media hora, por momentos muy sentida, en la que se mostraron las raíces del país, su vinculación al desierto, y se quiso mandar un mensaje de unidad y de modernidad.
“Al mundo entero le digo, bienvenidos a Doha. Hemos trabajado duro con mucha gente para que esta competición sea un éxito. Hemos invertido para trabajar por el bien de la humanidad. Las gentes se unen, sin importar su etnia, su religión, su orientación y su nacionalidad aquí en Qatar y tras las pantallas de todos los continentes del mundo”, indicó en su breve discurso el emir.
Con la narración del actor estadounidense Morgan Freeman, presente en el estadio, el acto pasó a ser un homenaje al hincha, con cánticos de todas las aficiones y camisetas gigantes que representaban los equipos. La ceremonia continuó con un homenaje a los mundiales anteriores, con las mascotas de cada una de las ediciones pasadas.
Después apareció en escena Jungkook, uno de los siete miembros del conocido grupo surcoreano BTS, que interpretó Dreamers, uno de los himnos oficiales del Mundial, junto al cantante catarí Fahad Al-Kubaisi.
El acto estuvo presidido por el jeque Tamim ben Hamad Al-Thani, que pronunció un breve discurso de bienvenida, y por el máximo dirigente de la FIFA, Gianni Infantino.
En la ceremonia hubo pequeños homenajes a las 32 selecciones, como breves fragmentos de canciones típicas con las que las aficiones las animan, y a ediciones precedentes de la Copa del Mundo, con la salida y despliegue de las mascotas, entre ellas Gauchito y Naranjito, así como con himnos de los últimos torneos, entre ellos el Waka Waka de Shakira.
Previamente el exjugador Marcel Desailly, campeón mundial con Francia, introdujo el trofeo de la Copa del Mundo que ganaron los ‘bleus’ hace cuatro años en el Luzhniki moscovita y durante más de tres horas varios miles de seguidores ecuatorianos se hicieron notar en uno de los fondos del coliseo de Al Khor.